Será que me hago mayor, que, como dice un amigo mío, «ya no estoy pa’ tontás», será que algo de razón tengo o que no tengo ninguna, pero lo cierto es que se me agota la paciencia muy rápidamente cuando me enfrento a algunas situaciones sociales en las que se me fuerza a hacer (o a no hacer) determinadas cosas en aras de razones tan profundas como «siempre se ha hecho así», «es la tradición» o, una de las que más me gusta, «es lo que indica el protocolo».
Tag