En el cómic de «Ajuar funerario» hay monjas satánicas comepersonas, muertos que no saben que lo están, niños que desaparecen jugando entre las sábanas de la cama de sus padres, monstruos que no quieren asustar…
El pasado jueves presentamos en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla el cómic de «Ajuar funerario», ese libro imponente de microrrelatos de Fernando Iwasaki que, aunque ya tiene 15 años —la vida de los libros es como la de los perros: 7 años de libro es uno de humano—, ahora adquiere un cuerpo nuevo, más joven y colorido, en formato cómic.
No es la primera vez que los micros de Fernando toman otra forma expresiva. Antes, algunos de los micros «Ajuar funerario» se habían transmutado en cortometraje o en teatro.
El cómic
El libro «Ajuar funerario», editado en 2004 por Páginas de Espuma, va por su novena edición y ha vendido ya más de cincuenta mil ejemplares. El texto original está formado por unos 100 micros, de los cuales 18 están presentes en el cómic en tres apartados: «Difuntos», «Infantes» y «Monstruos». Y no es casual que esto sea así, porque cada una de esas tres divisiones tiene exactamente 6 micros dibujados: 6 6 6.
Páginas de Espuma se ha atrevido –mi enhorabuena por ello– a probar con un nuevo formato, y en estos tiempos que corren para los libros y la lectura, es muy destacable. La selección y los guiones son de Imanol Ortiz —que ha elegido para el cómic algunos de mis favoritos, como «Peter Pan», «La cueva» o «Dulces del convento»—, y los dibujos de Beñat Olea.

La presentación en Sevilla y la sorpresa del microteatro
Como os decía, tuve la suerte de presentar el cómic en Sevilla, en una mesa en la que estuvimos Fernando Iwasaki, mi compañero en Loyola Javier Lozano y yo mismo.
Con esa idea de la maleabilidad de los micros de «Ajuar funerario», de su capacidad para adaptarse a diferentes formas expresivas, se nos ocurrió que podríamos darle una sorpresa a Fernando y que alguno de sus microrrelatos fuese allí mismo, en directo, interpretado por dos actrices en una sesión de microteatro.
Nos compinchamos con Consolación Martínez, alumna de Loyola y excelente actriz, que junto a María Gómez prepararon un texto original basado en los micros y lo interpretaron durante la presentación.
No os podéis imaginar la nueva dimensión que, en las voces y los cuerpos de Conso y María, adquirieron las historias breves de Fernando.

La cueva
«La cueva» es uno de los micros que más me gusta de «Ajuar funerario». También aparece en el cómic:
“CUANDO ERA NIÑO me encantaba jugar con mis hermanas debajo de las colchas de la cama de mis papás. A veces jugábamos a que era una tienda de campaña y otras nos creíamos que era un iglú en medio del polo, aunque el juego más bonito era el de la cueva. ¡Qué grande era la cama de mis papás! Una vez cogí la linterna de la mesa de noche y le dije a mis hermanas que me iba a explorar el fondo de la cueva. Al principio se reían, después se pusieron nerviosas y terminaron llamándome a gritos. Pero no les hice caso y seguí arrastrándome hasta que dejé de oír sus chillidos. La cueva era enorme y cuando se gastaron las pilas ya fue imposible volver. No sé cuántos años han pasado desde entonces, porque mi pijama ya no me queda y lo tengo que llevar amarrado como Tarzán.
He oído que mamá ha muerto”.