Netflix acaba de estrenar un documental sobre la desaparición en 2007 en el Algarve portugués de la niña inglesa de tres años Madeleine MacCan. En el momento de escribir estas líneas, han pasado casi 12 años desde aquel hecho y, de seguir viva, la niña tendría ya 15 años.
El caso de la desaparición de Madeleine fue tremendamente mediático. Yo recordaba de aquel tiempo algunas «informaciones» periodísticas —pongo muchas comillas—, jirones de una historia que, si pudiéramos aislarla del dolor de una familia —cosa imposible—, contiene la esencia de cualquier buena historia y, quizá por eso, logró la repercusión que tuvo durante tantos meses, incluso años.
El caso es que después de ver los 8 episodios del documental de Netflix, dirigidos por Chris Smith, me han surgido algunas reflexiones que me gustaría compartir.