Poco más de 20 días para las elecciones generales en España (abril de 2019). El panorama político es incierto, las encuestas… bueno, eso, las encuestas, ya sabéis. Lo que quiero decir es que es difícil aventurar un resultado: parece que ningún partido tendrá una mayoría clara y que nos vamos a «divertir» (comillas, comillas y más comillas) con las negociaciones posteriores al resultado electoral para formar gobierno.
El caso es que a lo mejor, lectora, lector, tienes dudas sobre el sentido de tu voto. Y, es posible, puede que hasta de buena fe estés escuchando las «propuestas» (otra vez muchas comillas) de unos y otros para decidirte. Pues siento echar un jarro de agua fría sobre tu buena predisposición: todos mienten.
(Qué tendrá la mentira que me obsesiona tanto).
A ver, que no soy de esos que dicen que todos los políticos son iguales, que son todos unos corruptos, mala gente, you know. No, no es eso. Mi afirmación es literal: los líderes de los partidos han mentido (han faltado a la verdad, si queréis verlo así) en diferentes ocasiones.
¿Y tú cómo lo sabes, Juan? ¿Eres el ojo que todo lo ve, el ojo rojo de Sauron? ¡No! Sigo a maldita.es. Los y las periodistas de maldita.es se definen a sí mismos como «un proyecto periodístico independiente y sin ánimo de lucro cuyo fin es dotar a los ciudadanos de “herramientas para que no te la cuelen”». Básicamente, desmienten bulos, tiran de hemeroteca para decirle a los políticos que donde dijeron digo ahora dicen Diego y otras cosas muy interesantes que os invito a leer en su página web.
Para el caso que nos ocupa hoy, estos periodistas tienen una costumbre excelente —y muy sana para la democracia— que consiste en comprobar el chorro de cifras, datos y afirmaciones que nuestros políticos vierten en entrevistas o en actos de campaña. El resultado de esas comprobaciones se puede ver en la web de maldita.es y también en su colaboración con otros medios. Y aquí es donde uno se da cuenta de lo que he afirmado hace un instante: todos mienten.
Cuatro mentiras de ejemplo

Para muestra, cuatro botones. Los he organizado por orden alfabético de apellidos, y así no hiero sensibilidades, para que nadie diga que si he puesto a uno antes que a otro:
- Pablo Casado mintió cuando dijo que Aznar había creado 5 millones de empleos y Rajoy 3 millones (exageró un poquillo, al menos): maldita.es lo explica.
- Otro Pablo, este Iglesias, no dijo tampoco la verdad cuando afirmó que su partido era el primero en tener más diputadas que diputados: maldita.es lo explica.
- Albert Rivera dijo que TV3 había llamado «puta» (perdón) a Arrimadas, y parece que la cosa no es exactamente así: maldita.es lo explica
- En este juego anestesiante de dar cifras al electorado, Pedro Sánchez afirmó que el 42 % de los españoles destina el 40 % de su sueldo al alquiler. Y, como suponéis, esto tampoco es verdad: maldita.es lo explica.
En un mundo en el que los argumentos y las propuestas —programa, programa y programa, que decía Anguita— valen bien poco, quizá no estaría de más que los sufrientes electores exigiéramos a nuestros políticos que, al menos, dijesen la verdad. No puedo creer que con la caterva de asesores que siguen a los líderes de los partidos sus deslices se expliquen como un simple error.
No sé si os parece demasiado simple o incluso demagógico lo que digo, pero quizá si empezásemos por ahí, por que al menos traten de convencernos con la verdad y no mintiendo, otro gallo nos cantaría, ¿no creéis?
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