Hay quien cae redondo en la cama y en «cero coma» está dormido y quien necesita de algún truco para dormir. Es así. Yo suelo dormirme enseguida si todas las condiciones previas se cumplen: no pasarme mucho de mi hora habitual de acostarme, nada de ruidos hasta que engancho el sueño y el murmullo de la radio de fondo. Con esas premisas, en menos de tres minutos he pasado a otro nivel.
A otras personas les cuesta más y, entonces, tiran de distintas soluciones. No son pocas (personas adultas) las que me confiesan que contar ovejitas les suele funcionar. Sí, sí, a mí también me parecía una cosa de niños pequeños, pero parece que tiene su fundamento. Suelen completar las ovejitas con alguna droga dura (guiño, guiño), por ejemplo una tila bien cargada antes de acostarse.