¿Dormirías varios días a la puerta de un polideportivo para asistir al concierto de tu artista favorito? Quizá ya lo has hecho. Eso o algo parecido. Quizá has recorrido España, qué digo, has recorrido media Europa hasta que se te ha terminado el dinero siguiendo los pasos de un cantante o una cantante de moda. A lo mejor, incluso, has tenido la suerte de cenar con él o con ella, conocer a esa persona de cerca, traspasar algunas barreras de intimidad. Antes de eso has grabado todas sus intervenciones en televisión, has comprado todos sus discos y, con toda seguridad, recopilas varios álbumes con recortes de entrevistas, noticias y fotografías.
¿Qué estarías dispuesto hacer?
Estás dispuesto a hacer eso y más.