Lo voy a soltar a bocajarro: contestar correos no es trabajar. Ale, ya lo he dicho.
Bueno, matizo: pasar una gran parte del tiempo de trabajo —y a veces también del personal— leyendo y respondiendo correos no es trabajar con eficacia. Esta afirmación me ha quedado más suave que la anterior.
Por supuesto, hay excepciones a esto que digo: las personas cuyo objetivo en su trabajo sea, precisamente, ese: contestar correos de clientes, centros de ayuda, etc.