A las pocas semanas de empezar mi carrera, uno de mis profesores nos propuso una cita a ciegas.
No, no, no, no es lo que pensáis, no me he explicado bien: un profesor nos planteó dedicar su hora de clase a que sus alumnos y alumnas entablásemos conversación con alguien con quien nunca hubiésemos hablado. A ese nivel estaba aquella cita a ciegas.
Os pongo en contexto.