«Lo que más te exige la música es valentía»
Álvaro Guerrero (Córdoba, 1995) es insultantemente joven. O al menos lo es para grabar un disco. Rectifico: es insultantemente joven para grabar un disco como este. Las seis canciones de «Debajo de las grietas» esconden lo contrario de lo que dicen sus letras: que es inestable, inseguro, que está angustiado por un futuro incierto, que está tentado cada día de abandonarse, de dejarse llevar. Todo eso es falso, aunque él no lo sabe. Dice sentirse mejor en el silencio, en un mundo que no vivió en el que los discos eran de vinilo y no pistas en Spotify. En su aparente fragilidad, su música se abre paso a cañonazos de madurez. Por eso es impropio de un chaval de 21 años grabar un disco así, un disco como este.
—Y tú, ¿qué etiqueta generacional te pones? Porque no es habitual que alguien de 21 años tenga la sensibilidad para grabar un disco como Debajo de las grietas.
En teoría, por mi partida de nacimiento entro en la generación millennial, que tiene sus cosas buenas y malas. Es cierto que en un mundo tan conectado, haber vivido ese salto desde las Olivetti hasta los drones y la nanotecnología te permite tener una perspectiva distinta sobre las posibilidades del futuro. Sin embargo, creo que vamos tan rápido que procesar tanta información nos ha hecho perder un poco como ‘animales sociales’. Es algo paradójico en el momento en que más opciones de comunicación tenemos, pero lo creo así.
En cuanto a la sensibilidad, es algo por un parte intrínseco a algunas personas, pero también tiene mucha relación la educación recibida, los referentes a los que sigues y las experiencias vitales con las que te encuentras en el camino. No creo que sea algo tan relacionado con lo generacional, sino con la forma de reflexionar de cada uno: tengo amigos de mi edad que también hacen canciones que transmiten emociones de una forma muy directa y otros que flipan con el reguetón (lamentablemente).
En los conciertos encuentro a muchos millennials que se acercan cuando bajas del escenario y no te dicen «he podido bailar con tu canción», sino «la historia que has contado en este tema me ha transmitido tal porque ahora mismo estoy en la situación cual». Eso es lo que hace que merezca la pena, que cada cual se lleve tu historia a su terreno.