«La literatura nos salva de los reveses de la vida y de nosotros mismos»
Rosa Valle (Gijón, 1974) aborrece el fútbol. Por eso era bastante improbable que le gustara este deporte a la inspectora Petunia Prado del Bosque, la protagonista de su primera novela, «Sonarás bajo las aguas». A Petunia Prado, como a Rosa Valle, le encantan las motos, la música, el mar y la cerveza. Rosa Valle es periodista y documentalista, y ha escrito casi de todo: cuentos infantiles, noticias, poemas, discursos y hasta largas cartas de amor. Petunia Prado es policía, jefa de Homicidios, y en «Sonarás bajo las aguas» se enfrenta a un caso de asesinato de una estudiante de saxofón del Conservatorio de Música de Gijón.
—Tienes un blog que se llama «Terapia de letras». Sin duda, es una gran declaración de intenciones. Lo que pasa es que en tu novela «Sonarás bajo las aguas» encontramos odio, venganza, filias sexuales… Muy sanadora no parece, no.
Las letras siempre son terapia. La literatura nos salva de los reveses de la vida y de nosotros mismos. Da igual que sea negra o blanca. Aunque la negra, mejor solo de ficción.
Mi blog surgió como una válvula de escape para expresar, soltar y compartir certezas sobre la vida vivida. Vivo escribiendo en mi cabeza dolor, frustración, ilusión, anhelos e intereses. Se articulan dentro de mí en forma de post, de relato, de poema. Luego hay que encontrar el momento para darles cuerpo en el editor digital o en la libreta. Terapia de Letras está ahora de vacaciones, porque hay otras letras mías que están trabajando por ella.
Rosa Valle: «Vivo escribiendo en mi cabeza dolor, frustración, ilusión, anhelos e intereses» Clic para tuitear—A lo mejor la terapia es solo infantil y la has agotado toda con tu libro para niños «La lubina Josefina, campeona de voleiglobo».
Los lectores y lectoras de Josefina no necesitan terapias. Ellos vuelan; necesitan aviones, globos y, algunos trastinos, parapentes.
La lubina Josefina, la trucha Pucha, el salmonete Josete, la gallina Clementina son personajes que surgieron de los «cuentos con la boca» —como los llamamos en casa— que inventaba sobre la marcha cuando daba de comer a mis hijas de pequeñas. Los primeros bocados de pescado entraban mejor si detrás había una trucha amiga que corría aventuras, que iba al cole, que tenía sus amigos y su hogar, como ellas.
—Volviendo a «Sonarás bajo las aguas», yo personalmente le tengo mucho respeto a la novela negra y policiaca. Hay que dominar, desde mi punto de vista, unas claves bastante férreas, pero, a la vez, no puedes escribir algo que ya han escrito otros.
Uff. El género negro para una novelista novel es una jungla disfrazada de jardín. Cuando me di cuenta de que me había metido en él, en el jardín, ya estaba esposada con enredaderas. ¡Ay, amigo!, yo no soy policía ni abogada, solo una humilde consumidora del género policial. Tuve la suerte de contar con un tutor policial que dirigió la investigación de Tunia [Tunia es el personaje principal de la novela, la inspectora protagonista]. Sin él, el resultado no hubiera sido ni primo.
Como periodista necesito ir a la fuente, contrastar. No se trata de hacer un manual para policías, sino una historia inventada atractiva, pero, al menos para mí, es importante que se ajuste a la realidad policial.
—¿Y por qué en Asturias? No es un referente en novela negra… ¿o sí?
Poco criminal, por fortuna, es la realidad asturiana. Aquí no hay mucho donde inspirarse en ese sentido, con lo que entiendo que escribir literatura negra no constituye algo “natural”, pero sí más común en el norte que en otras partes de España, dejando fuera los grandes núcleos urbanos (eje Madrid-Barcelona). La negra está calando fuerte entre las plumas de Navarra, del País Vasco, de Asturias, de Cantabria… Pensamos en Dolores Redondo, Eva Sáenz de Urturi, María Oruña, Ana Lena Rivera, Susana Rodríguez Lezaun… Por cierto, acabo de citar a cinco mujeres sin haberlo buscado. Autoras y protagonistas femeninas están ahora en la cresta del género en España.
En Asturias —barro para casa— tenemos, tengo, buenos ingredientes para cargar las otras tintas, aparte de la oscura, que son elemento importante en esta suerte de novela negra de la que estamos hablando. Esta tierra tiene una fuerza impresionante: ambientes, escenarios, paisanaje, mística, cultura, naturaleza, pueblos… No me hizo falta sacar a Tunia de casa.
«En mi segunda novela me preocupa no resultar fresca, repetirme»
—Siempre digo que lo más difícil de escribir un primer libro es escribir el segundo…
Ya te lo contaré… De momento, estoy arrancando esa segunda historia. Un nuevo caso para la inspectora Petunia Prado del Bosque. Desde el punto de vista del trabajo literario, la ataco sin tanto preámbulo previo como la primera. Creo que llego a ella más ligera, pero no te creas que más segura. He quedado personalmente satisfecha con el primer proyecto y eso te pone internamente el listón alto para un segundo. Confío en que Petunia me ayude. Me preocupa no resultar fresca, repetirme, porque soy la misma pluma, la misma esponja, el mismo corazón.
—¿Cómo llegas hasta la novela? Siendo periodista ya tenías un bagaje previo, claro, pero supongo que todo el mundo sigue su propio camino.
Había escrito relato, algo de poesía, procedía del periodismo escrito y la comunicación, trabajo de documentalista software, he escrito guiones, discursos políticos y hasta pregones, cartas de amor de dimensiones bíblicas… Caray, pero lo que a mí más me gusta como consumidora lectora son las novelas, desde cría; siempre hay una empezada en mi vida.
He sido como las hormigas, arañando minutos a cada semana a horas intempestivas y a salto de mata: en la cama, en el café antes de buscar a las crías al cole, en escapadas a la biblioteca. Escribir y revisar, escribir y revisar. Inventar sobre la marcha los sucesos, los pensamientos, las emociones secundarias. A ello dediqué tres años. Luego llega el momento de publicar, llamar a la puerta de las editoriales grandes y pequeñas. Finalmente he publicado a través de una firma asturiana, al Norte. Todo se ha quedado en casa: la revisión, el diseño y la maquetación. Ha sido una aventura con final feliz.
Al final, la novela se ha presentado con éxito en distintos puntos y certámenes y eventos literarios de Asturias y Zaragoza (ferias del libro, Semana Negra de Gijón, etc.), tengo muy buen feedback de los lectores, las ventas siguen vivas, «Sonarás bajo las aguas» tiene una ruta literaria en Gijón. La novela ha calado, enganchado: es mi premio.
—Si tuvieras que quedarte con una de estas expresiones acerca de qué esperas como escritora, ¿cuál escogerías?: «gustar», «trascender», «permanecer».
Calar, llegar. Y añado alguna más: «aportar», «salvar». Cuando yo leo obras, dentro de mí quedan y suman las que me llegan, las que conectan conmigo. Eso quisiera yo: conectar. Hay escritores cultísimos, de erudita pluma, de cuyas creaciones acabas pasando las hojas de dos en dos porque no logran colocarse a tu lado en vuestro encuentro. Permanecer son palabras mayores, para eso antes hay que llegar muy lejos.
«Sonarás bajo las aguas» se ha presentado con éxito en la Semana de Negra de Gijón» #novela #Gijón Clic para tuitear—«Sonarás bajo las aguas» es, desde mi punto de vista, una novela de personajes. Ya sabes que existe esta discusión un poco estéril que enfrenta a la trama con los personajes. Yo no veo tal enfrentamiento, pero si tengo que quedarme con algo, en tu novela hay personajes muy potentes.
Eso me dicen, sí. Cuando definí la historia, me detuve en dibujar por dentro y fuera los personajes principales; los secundarios los fui pintando sobre la marcha. Cada vez que un personaje nuevo aparece en escena, y hay muchos, lo presento al lector, me detengo en él, porque es lo que a mí me gusta como lectora. Quiero verle, quiero saber de qué color son sus ojos, cómo camina, qué bebe o cómo se pone los pantalones. Quiero conocerlo todo. Hay una novela negra pura, pienso en autores americanos, que va directa a la acción, al caso y apenas me abre ventana a los personajes y yo ahí me quedo con hambre.
Me han preguntado si «Sonarás bajo las aguas» será el primer título de una saga. Ya ves que estoy con un segundo caso. Cuando escribí la historia quise dar peso a los personajes pensando en que ese sería el primero de otros encuentros que vendrían luego. La trama, la acción, llega, se desarrolla y termina; se va. Los personajes se quedan, permanecen.
—Sigo con los personajes. Petunia es, claramente tu alter ego. O al menos tiene «cachitos» de ti. ¿Fuiste consciente cuando escribías o surgió de forma natural? ¿Es una proyección, un espejo, el otro lado del espejo…?
Bueno, Petunia es un invento. No soy yo. Me gana en todo. Además, ella es una tía dura, una jefa de Policía, una mujer de una sola pieza en su trabajo: cazadora eficaz. En su vida personal es una suma de piezas que no siempre encajan, como tú y como yo. Eso la hace humana y atractiva. Quise construir un personaje atrayente. Le puse mis gustos y mis aficiones, por eso de dotar a la historia de contenidos que a mí me interesan (las motos, la escritura, la música, los ríos, la mar…), por pasarlo bien en esta travesía. Tunia no podía ser futbolera, por ejemplo, porque yo aborrezco el fútbol. Así me salió una protagonista que bebe mi cerveza, que tiene a la perra que yo quiero y que se desenvuelve en los espacios como yo. Claro que hay mucho de mí en ella, pero ella es dura y resolutiva; yo no. El papel todo lo aguanta
—Me ha sorprendido mucho que en varios momentos de la novela colocases notas al pie para explicar expresiones o contextualizar algunos temas a los lectores. ¿Qué te decidió a hacerlo?
Mi batalla con mi diseñadora me costó ja ja, cuando tuvo que lidiar con la maqueta. Alguna de mis lectoras del borrador me aconsejó eliminarlas, pero yo las defendía a capa y espada y creo que la decisión fue afortunada. A los lectores les gustan. Creo que no sobran: aportan. A quien no le interesen, que no las lea. Qué manía con que todo aquel significado o curiosidad que tengamos acerca de lo escrito lo buscaremos por Internet. O no. Si me lo das en una nota al pie, yo la voy a leer al momento. Las he utilizado para explicar términos y expresiones en asturiano, realidades locales, acercar a los jóvenes ficciones pretéritas. También lo he hecho en mis cuentos de la lubina Josefina, para acercar y profundizar en disciplinas deportivas, en el mundo marino. Es una información que no sobra. Solo leen los inquietos.
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2 comentarios
Fantástica entrevista. Qué buen video! Enhorabuena a los dos en la parte que os toca. Larga vida a Tunia!
¡Gracias! ¡Larga vida a Tunia!