Hay quien cae redondo en la cama y en «cero coma» está dormido y quien necesita de algún truco para dormir. Es así. Yo suelo dormirme enseguida si todas las condiciones previas se cumplen: no pasarme mucho de mi hora habitual de acostarme, nada de ruidos hasta que engancho el sueño y el murmullo de la radio de fondo. Con esas premisas, en menos de tres minutos he pasado a otro nivel.
A otras personas les cuesta más y, entonces, tiran de distintas soluciones. No son pocas (personas adultas) las que me confiesan que contar ovejitas les suele funcionar. Sí, sí, a mí también me parecía una cosa de niños pequeños, pero parece que tiene su fundamento. Suelen completar las ovejitas con alguna droga dura (guiño, guiño), por ejemplo una tila bien cargada antes de acostarse.
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Conozco otro caso que riza el rizo. Es un amigo techie (en castellano, un loco de la tecnología) que tiene toda la casa domotizada y la controla a través del teléfono. Ojo al dato, fijaos lo que hace para dormir:
Tiene en las lámparas del salón bombillas led conectadas. Estas bombillas hacen cosas increíbles (y valen un ojo de la cara, por cierto). Por ejemplo, pueden cambiar de color y de tonalidad con solo toquetear una aplicación del móvil o darle una orden a Siri. Pero esperad, esperad: también se puede programar un «esquema de luces» para que se cargue en una circunstancia determinada. En el caso de mi amigo el tecnológico, ha programado para que de lunes a jueves a una determinada hora las luces del salón vayan progresivamente atenuándose y tornando su color a una especie de anaranjado-rojizo, una tonalidad cálida que le incite a ir preparándose para coger el sueño. Alucinante. Es algo parecido a lo que aparece en la fotografía siguiente.
Sin llegar a esos extremos, parece ser que hay otras alternativas, algún que otro truco que ayuda a conciliar el sueño. Sin ir más lejos, hace unos días leía un estudio de la Universidad de Baylor, Texas, que afirma que una buena costumbre para evitar dar vueltas en la cama es hacer listas a antes de dormir. En el experimento que han desarrollado con 60 voluntarios comprobaron que quienes escribían una lista con las cosas que tenían pendientes para el día siguiente se dormían antes que los que no lo hacían.
No puedo expresar la felicidad que sentí al leer la noticia anterior, porque en mi caso se han conjurado los astros y se da la circunstancia (como ya sabéis) de que soy un fan incondicional de hacer listas y, además y especialmente, de las listas de tareas que ayudan a nuestra productividad personal.
En fin, que probablemente vosotros me podréis contar cuál es vuestro truco para llamar al sueño (dejadme un comentario). Por si queréis inspiraros con los estilos de dormilones y dormilonas, escribí en cierta ocasión en el blog la entrada No me digas que tienes sueño.
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Fotografía: Glenn Carstens-Peters