«Me dejé impresionar por los contratos de las grandes editoriales y me decepcionaron, por eso regresé a la autopublicación»
Mercedes Pinto Maldonado (Granada, 1962) abandonó el estudio de la medicina porque no tenía vocación, y comenzó a escribir sin ningún objetivo más ambicioso que el de expresarse. En estos momentos tiene nueve libros publicados en Amazon y una trayectoria como escritora cuando menos «peculiar»: una de sus novelas apareció por entregas en su blog y una de sus lectoras le sugirió que se autopublicara en Amazon. Lo hizo y en poco tiempo se convirtió en un fenómeno editorial, lo que provocó que Planeta llamara a su puerta y se hiciera con los derechos de otro de sus libros. Pero el sueño resultó ser una pesadilla, porque su novela no funcionó como era de esperar. Así que Mercedes Pinto recorrió el camino de vuelta y regresó a la autopublicación.
—Después de conocer el punto de vista de una editorial independiente y de otra que financia el coste de edición a través del mecenazgo, me faltaba la visión de algún autor o autora. Creo que tú eres un «caso interesante» (permíteme la expresión), porque eres una escritora con un éxito tremendo que decidió autopublicarse. ¿Cómo y por qué decidiste este camino para editar tus libros?
Todo comenzó por casualidad, bueno, y porque ninguna editorial me abrió las puertas (me refiero a ninguna que no pidiera dinero por sus servicios). Cansada de esperar un contrato medio digno, decidí colgar por entregas una de mis novelas en mi blog. Opté por Maldita, aunque ya tenía varias terminadas y un par de ellas publicadas con… seudo editoriales, por decirlo de algún modo, cuyos editores hicieron un buen negocio con ellas. No esperaba nada, solo dar salida a una de mis historias, con que un solo lector se acercada a leer, me daba por satisfecha. Pero ocurrió lo más inesperado: poco a poco se iban sumando lectores. Cada noche, cientos de personas esperaban la siguiente entrega. Los comentarios se multiplicaban día a día… Así durante un año. Cuando publiqué el último capítulo, una chica me sugirió que la subiera a Amazon, que por entonces recién había aterrizado en España. Esta chica estaba convencida de que sería un éxito, pero yo no confiaba en este tipo de publicación.
—Y sin embargo, la sugerencia de tu lectora fue buena.
Mi lectora llevaba razón, en pocas semanas mi novela se situó en el número uno del top 100 general y permaneció casi dos años entre los libros más vendidos de España, Alemania y Francia. Por primera vez mis libros no solo no me costaban el dinero, sino que me proporcionaban un modesto sueldo. Al ver el éxito de mis novelas, llegaron las grandes editoriales con sus contratos. Yo me dejé impresionar… y el sueño terminó. Entonces regresé a la autopublicación.
—Tuviste una mala experiencia con la todopoderosa Planeta. Lo que a ti te sucedió no es extraño, es algo que he oído contar a otros escritores con pequeñas variaciones de la misma historia.
Con Planeta la experiencia fue sencillamente nula. Engulleron mi libro El fotógrafo de paisajes (todavía sigue secuestrado) y ahí quedó todo. No hicieron absolutamente nada por promocionarlo, sencillamente fue una manera de quedarse con una obra de alguien que parecía despegar y que se publicitaba sin ayuda. Claro, ya no era mío, no podía hacer promociones, sacarlo en papel, presentarlo como es debido… y pasó lo esperado, que quedó en el olvido. Con Ediciones B fue mucho peor, fueron cuatro obras. Tres de dichas obras estaban en las listas de los más vendidos de varios países y se hundieron de inmediato, algo que simplemente tiene una explicación: no tenían interés alguno, solo necesitaban el espacio que ocupaban en las listas para colocar los libros en los que habían invertido. Por supuesto, después de tan nefasta experiencia volví a la autopublicación, y regresé a los más vendidos.
—En el modelo de negocio editorial más tradicional escritores y escritoras son el eslabón más débil. ¿Se está agotando esa forma de relacionarse autores y editoriales?
Absolutamente. Las gallinas de los huevos de oro se van marchando, se acabaron los monopolios y dictaduras. Su manera de tratar y pagar a los autores, los que proveen la materia prima, es un total despropósito en nuestros días, rodeados de algoritmos y sofisticados ordenadores. No tiene sentido alguno. ¿Por qué pagan a los catorce meses y sin el más mínimo detalle cuando yo como autopublicada o con Amazon Publishing (el brazo editorial de Amazon) puedo ver al momento qué vendo, dónde y qué margen voy a recibir, además de cobrar religiosamente todos los meses? ¿Qué problema tienen estas editoriales tradicionales en que sus autores vean las cuentas y puedan cobrar cada mes? Francamente, esto me parece muy opaco.
Esto si hablamos de la forma de pago, pero es que el margen de beneficios está tan descompensado… Ahora hay otras alternativas, además de que sus marcas han perdido prestigio. Un ejemplo: tres de mis novelas las publicaron sin corregir, estoy convencida de que ni siquiera se las leyó alguien. Me pongo enferma cuando hablo de este tema, me supera tanto abuso. Por suerte están surgiendo otras empresas que sí hacen las cosas bien, como Amazon Publishing.
—Y sin embargo, la autopublicación no goza de mucho prestigio. Parece que quien se decide por autopublicarse no está pasando algunos filtros que, supuestamente, otorgan un sello de calidad a los libros. ¿Tú qué opinas?
Creo que al principio pasó algo así, como cuando miles de personas llevan mucho tiempo deseando entrar en un recinto y de repente se abren los portones. Cuando todo empezó, las plataformas digitales fueron un gran agujero por el que todo el mundo podía colarse sin preguntar. Pero eso fue solo al comienzo, no nos olvidemos de que los lectores son el filtro más eficaz y que estaban esperando al otro lado. El tiempo coloca a cada libro en su lugar. Cierto es que hay un buen puñado de obras de escaso contenido o narradas de una forma algo básica, pero no solo entre los autopublicados, ocurre igual con los grandes sellos editoriales.
—Cuéntanos algo de tu experiencia con Amazon, especialmente ahora que te ha elegido como una de sus autoras de cabecera. ¿En qué se diferencia tu relación con ellos de la que podías tener con una editorial al uso?
Amazon ha sido quien me ha proporcionado la inmensa mayoría de mis lectores. Es en esta plataforma donde comencé a ser conocida, primero como autopublicada y después contratada por Amazon Publishing. Mis tres últimos libros los he firmado con su brazo editorial y ha sido para mí toda una sorpresa; por primera vez he tenido un equipo de profesionales de la edición al servicio de mi obra: exhaustiva corrección, portada, sinopsis, plan de marketing… se encarga de todo de una forma seria y eficaz, y siempre contando conmigo. Cierto que hay mucho trabajo detrás por mi parte, pero igual trabajé con los libros que están con grandes editoriales y solo conseguí ser telonera de sus autores, a veces ni siquiera eso. Por otro lado, me han invitado a eventos como la Feria del Libro de Guadalajara o Sant Jordi; ninguna de mis editoriales anteriores ha tenido la gentileza ni siquiera de aparecer en mis presentaciones ni de pagar un mísero cartel. Nada. Con las editoriales tradicionales siempre he perdido dinero; con Amazon, siempre he ganado.
—No sé si le has dado vueltas a las razones de tu éxito (ni siquiera sé si esto debe hacerse), más allá, por supuesto, de la calidad de tu literatura. ¿Crees que hay algún tipo de género literario más proclive al éxito que otro en plataformas como Amazon?
No sabría decirte con exactitud, lo cierto es que en este momento la novela rosa está teniendo mucho éxito y yo nunca he escrito este género; de hecho, he escrito novela histórica, juvenil, de suspense, policíaca, romántica… Para mí el género no es más que el escenario donde debutarán los personajes. Quizás sea porque he fidelizado a un buen número de lectores por el fondo humanista de todas mis obras, pienso que las personas que me leen se identifican con mis personajes porque ante todo son muy humanos, para lo bueno y para lo malo, y para nada estereotipados. Si alguien busca en mis libros el típico chico guapo, rico y con éxito que busca a la chica super independiente y moderna para ayuntarse en el ascensor o en el baño, que se abstenga de comprarlos. Creo que al final todo es una cuestión de tener don para narrar, de pasión, perseverancia, trabajo, ganas de aprender y un poco de suerte.
—Además de escribir tus libros, sigues alimentando un blog. Parece que los blogs (especialmente los literarios) están en su ocaso, y sin embargo el tuyo goza de buena salud.
Soy mi palabra es para mí el lugar donde cuento parte de lo que observo a mi alrededor sobre libros, autores, editoriales, lectores, estrategias de marketing… a veces simplemente tengo la necesidad de escribir un relato. Pero sobre todo contiene mi experiencia personal desde que comencé a publicar. Es una manera de aclararles un poco las ideas a los escritores emergentes para que no incurran en los mismos errores que yo cometí por mera ignorancia. Creo que gran parte de mis seguidores son autores que están empezando y buscan consejo. También intento que no falten en mis artículos un poco de humor e ironía. Tal vez por eso sigue con buena salud después de tanto tiempo.
—¿Qué es lo último que has escrito? ¿Cuáles son tus planes inmediatos?
La última obra que he terminado se titula Una de las tres, una novela negra que me complicó mucho la vida mientras la escribía porque tiene tres protagonistas cuyas vidas transcurren en ciudades diferentes. Son unas trillizas idénticas, separadas al nacer, que a los veintiocho años se encuentran y deciden guardar el secreto para ayudarse las unas a las otras a librarse de los hombres que han convertido sus vidas en una pesadilla. Creo que es bastante original y que sus personajes no dejarán indiferente al lector. Ya está en preventa en Amazon. En este momento estoy trabajando en otra historia, también novela negra. Trata de la vida de un famoso médico forense de Filadelfia que colabora con la brigada criminal, cuyo único fracaso en la mesa de autopsias fue el de su propio hijo de cinco años, secuestrado unos días antes de su muerte. Y ya pensando en la próxima, con la que quiero cambiar de registro de nuevo, me gustaría recuperar la narración más emotiva de mis primeros años.
—Mercedes, terminamos la entrevista con el vídeo que te ha hecho Amazon…
Antes de despedirme, permíteme darte las gracias por esta oportunidad y agradecer también todos tus seguidores de juanplaza.es que hayan llegado hasta esta última frase. Un placer y un honor estar aquí.
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1 comentario
Hola Mercedes, termino de leer tu entrevista, y no soy ajeno a todo lo que has comentado porque mis comienzos como escritor fueron muy semejantes: tres pseudoeditoriales que me sacaron un buen dinero, me enviaron un montón de libros para que yo mismo los vendiese y distribuyese por las librerías, hasta que decidí la autopublicación en La Casa del Libro.
Al poco tiempo, Ediciones Tagus me propuso firmar contrato con ellos. El contrato era leonino en todos los aspectos, pero la ilusión de que un sello editorial, adscrito a la Editorial Espasa Calpe, S.A,, de Editorial Planeta, me llenó de ilusión y decidí obviar las condiciones negativas para pensar en las ventajas positivas que me podría reportar.
Ventas cero. Correcciones y galeradas ninguna, así que me vi en la obligación de denunciar aquél contrato que me había dejado sin derechos sobre mi obra por incumplimiento de contrato. Creo que no tuvieron otra opción y aceptaron la resolución del mismo sin nada que reclamar.
Desde entonces estoy publicando en Amazon con dos formatos, papel y ebook. Solo me encuentro con un problema, mis libros son prácticamente invisibles y mis ventas ridículas a pesar de tener buenas criticas aunque escasas.
He sido un escritor, más bien aprendiz, tardío. Comencé a escribir a los cincuenta años, habiendo perdido veinte en las publicaciones de mis novelas con esas editoriales que he comentado anteriormente. Intento promocionar mis novelas en mi blog http//hayungansoenmisopa.blogspot.com y Facebook, pero sin el resultado apetecido.
Hoy, precisamente, Blanca Miosi me ha entrevistado para La Hora Amazónica. Su programa de difusión para nuevos escritores, emitido a través de la emisora de radio Voces Unidas, desde la Bahía de San Francisco, y se ha preocupado por darme unas directrices sobre como ganar seguidores en mi cuente de Twitter, con la que voy extremadamente perdido, pero todo se andará.
Desde estas líneas, agradecerte este artículo/entrevista para que no me sienta como un bicho raro.
Un saludo afectuoso
Francisco