En alguna otra ocasión he escrito sobre los encuentros (virtuales) con tres escritoras y un escritor de relatos que ha organizado la librería sevillana Casa Tomada. Como contaba, compramos sus libros y por un poquito más de dinero «nos vemos» un par de horas con los autores.
Hace unos días asistí a la charla con la escritora Pilar Adón, que nos propuso hablar de cómo era la primera frase de un relato, de un cuento. Fue un coloquio muy agradable en el que intercambiamos pareceres sobre la trascendencia de esa primera frase, apenas unas palabras que podían marcar definitivamente lo que venía después.
Pusimos entre todos varios ejemplos (algunos propios) acerca de cómo una o dos frases iniciales nos daban pistas sobre qué ritmo podemos esperar en el relato. También, en ocasiones, se aporta al inicio información relevante que se comprenderá totalmente al final, cuando terminemos de leer.
Con esta idea en la cabeza me he propuesto poner diez ejemplos de diez comienzos de, a su vez, diez relatos que me gustan mucho. Propongo, también, que me dejéis vuestros propios ejemplos en los comentarios.
Ejemplos de primeras frases
- Yako, para ser un perro, la verdad es que no pronuncia nada bien las consonantes. (Andar sin ruido, Carlos Frontera).
- Cuando entré en casa, Marta acababa de poner los pies sobre la mesa y tenía las uñas azules separadas por pequeñas torundas de algodón. (Caricias de piel, Ignacio Ferrando).
- Tras mucho discutir —lo que su mujer, Inez, llamaba considerar la situación—, Lloyd se marchó de casa y se fue a vivir solo. (Cuidado, Raymond Carver).
- Los nuevos vecinos leen la Biblia por las noches, dijo la mujer entrando en el salón con el postre. (Los espías, Jon Bilbao).
- Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa, porque el padre de Mendoza es el hombre lobo y no quiero que se meta en mi cuarto. (Peter Pan, Fernando Iwasaki).
- En el hotel había noventa y siete agentes de publicidad neoyorquinos. (Un día perfecto para el pez plátano. Salinger).
- Era una gallina de domingo. (Una gallina, Clarice Lispector).
- Un día –una noche– una pareja de ancianos murió por mi culpa. (Creamy milk and crunchy chocolate, Sara Mesa)
- Cuando éramos chicos, una noche, desperté de pronto y me la encontré de pie, inmóvil, con la cara a un palmo de la pared. (Una mala luna, Marcelo Luján).
- El humo del cigarrillo le daba náuseas, siempre le pasaba lo mismo cuando su madre fumaba en el auto (La hostería, Mariana Enriquez).
¡Eh! ¿Me dejas un ejemplo de una primera frase que te guste? ¡Y si quieres recibir las actualizaciones del blog, suscríbete!
Foto: Kira Schwarz
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“En la ciudad había dos sordomudos, y siempre caminaban juntos” (El corazón es un cazador solitario, de Carson MacCullers)