Voy a ser muy claro para que no te lleves a engaño: no se aprende inglés sin esfuerzo ni tampoco en dos meses. De la misma forma, si eres un desastre, no vas a ser organizado en dos días.
Si procastinas o sobreplanificas; si te olvidas de hacer cosas o llegas tarde sistemáticamente a los plazos; si tienes sensación de que el día a día se escapa de tu control aunque trabajas como una bestia… Entonces tienes que cambiar algo y empeñarte en ello.
No existe el nirvana de la productividad. Llámame loco, pero las cosas cuestan, exigen esfuerzo. Ser productivo demanda quitarte de encima malos hábitos y crear hábitos buenos.
Trabajar bien y de forma eficiente no es un don graciosamente concedido, es una meta que debe conquistarse (que me perdone Chomsky por usar sus palabras para hablar de productividad personal).
Hábitos. Hábitos. Hábitos, hábitos, hábitos, hábitos. Hábitos. (Grítalo en voz alta: ¡¡¡hábitos!!!).

Hábitos buenos
Los hábitos son repeticiones de actos. Lavarse los dientes todas las mañanas después de desayunar es un hábito. Salir a correr tres veces por semana, también. El primero está asociado con la higiene; el segundo, con la salud.
La eficacia trabajando, la productividad personal, también necesita de hábitos. Pero, sobre todo, exige eliminar los malos hábitos. Distribuir las tareas en una jornada de trabajo minuto a minuto, no anotarlo todo y confiar en mi (mala) memoria, usar mal el calendario para fijarme plazos que he decidido yo y que no cumplo, comprometerme a demasiadas cosas, acumular tareas sin pensar en qué significan y que necesitan para terminarse, pensar que algo es urgente cuando casi nada lo es…
Esto son malos hábitos. Hay que hacer una pelota con ellos y tirarlos a la basura. Y cuesta. Mucho. Han sido muchos años conviviendo con ellos.
Pero si tienes las cosas claras y quieres cambiar, si quieres tener la tranquilidad de que no olvidas nada, que tienes todo bajo control, que decides qué hacer en cada momento en función de criterios claros y racionales a partir de un trabajo definido previamente, entonces vas en el buen camino.
Esta es la última entrada antes de Navidad. No habrá más hasta el próximo año. Quizá las vacaciones son un buen momento para aprender algo más y generar esos hábitos nuevos.
Te animo a leer la serie sobre productividad personal del blog. Y, si quieres profundizar en el método GTD, echa un ojo a este libro y un oído a este podcast.
Os deseo un 2021 repleto de salud y de buenos hábitos.
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