Entre unas cosas y otras, han sido necesarios más de tres años para acabar este libro. Más de tres años robando tiempo al tiempo, a la familia, al deporte… Más de tres años con un montón de altibajos, de dudas, de crisis existenciales, de pensar «esto no funciona»… y también de mucha ilusión. Más de tres años después, esta semana he puesto el punto final a la novela.
Son casi 94.000 palabras, unas 300 páginas en letra de 12 puntos y doble espacio o unas 250 a espacio y medio.
¿Qué viene ahora? Pues ahora toca el último esfuerzo porque, amigas y amigos, esto no acaba cuando uno pone el punto final. Es algo así como el descuento en un partido.
- Todavía queda una ardua labor de corrección personal primero y después de revisión del manuscrito por gente de quien me fío para que me haga sus críticas.
- Luego hay que buscar quien te la publique. Voy a empezar por algún concurso de novela. A ver si hay suerte. Los concursos exigen (como es lógico) que el manuscrito sea inédito, por eso no puedo poner en el blog ni un párrafo de la novela, aunque no hay problema en contaros de qué va y en presentaros a los personajes.
- Si no hay suerte en los concursos (no es fácil, como os podéis imaginar), debo pensar en enviar el manuscrito a alguna editorial. Cuando lo reciban (no todas aceptan), empieza otro periodo largo hasta que revisen y den una respuesta.
Os presento a los personajes de la novela
Después de los relatos de Hoy no puedo me quedé desfondado, seco. Tardé mucho en volverme a poner a escribir, me costó la vida cambiar el chip de escribir relatos a escribir una novela… En fin, tuve una especie de síndrome de Estocolmo de los relatos que me frenó bastante el comienzo de este libro. Aun así, tenía claro el punto de partida: tres personajes principales (tres narradores) que coinciden con otras personas en un tren. Os lo conté en su día aquí: «Extraños en un tren».
La primera a la que os presenté es a «Irene». A pesar de su aparente fragilidad, Irene es un personaje muy fuerte. Como todos los demás, tiene una motivación para subir al tren: encontrar una salida.
Después está «Dani», el camarero: joven, fuerte, guapo… y un imán para los líos.
Y «César». César es un tipo cabal, analítico, estudioso. Toda su vida se ha fiado de su cabeza más que de sus instintos. Es un policía especializado en detectar mentiras.
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8 comentarios
Se que tendrás suerte!!! Eres un gran escritor y tus fans estamos deseando leerlo!!! Ánimo Juan!!!
Gracias!!!
Hacía algunas semanas que no entraba al blog… Y me encuentro con esto. ¡Enhorabuena! Paso a paso…
Gracias!!!
¡Ahora lo leo! Espero que haya avanzado un poquito el proceso 🙂
¡Ánimo, y enhorabuena!!
Cruza los dedos de las manos y los pies… En un concurso está 😉
[…] Quise terminar la novela. CUMPLIDA. Por ahí está dando vueltas, por distintas editoriales. A ver si hay suerte y se publica pronto. […]
[…] siete años desde que publiqué Hoy no puedo, mi primer libro, un libro de relatos. Desde entonces, he escrito una novela, Estaciones en niebla, (ahí está, danzando por las editoriales, esperando una buena noticia en […]