Nueve de la mañana de un viernes. Una clase de 3º de Primaria. Allá voy yo, a impartir un taller de escritura donde tengo la intención de hablar a niños y niñas de narración, descripción y diálogo. Otra cosa es por qué derroteros van después mis pretensiones.
—El que tiene más imaginación de toda la clase, sin ninguna duda, soy yo —me dice Luis, un niño de 8 años, antes de empezar el taller.
—Vaya, y eso cómo es —le pregunto con el jaleo de fondo de los chicos y chicas de la clase, que ven a un extraño al lado de su seño.
—Porque pienso en mundos que nadie más piensa.
Primera respuesta que me deja noqueado. Y es verdad. El chaval tiene una imaginación asombrosa.
—Venga, vamos a hablar de inspiración —les propongo para romper el hielo—. Quiero saber cómo os inspiráis cuando tenéis que escribir una redacción para clase. ¿Qué hacéis?
—Yo me quedo como dormida, como para dentro. Pero no estoy durmiendo, estoy pensando —contesta con tranquilidad Marina.
—Yo me pongo a Michael Jackson —dice Álex.
—Pues yo voy a libros que tengo en casa y cojo ideas de unos y otros —aporta Pablo.
Yo, por si acaso me encuentro ante un plagiador en potencia, le advierto muy serio de que hay cosas que no se pueden hacer.
—No, no, no. Yo no copio —me dice—. Yo con todo lo que leo me imagino una historia nueva.
Mierda. Otra vez los peques me dan una lección de cordura. ¿Pues no es eso, en parte, lo que hacemos los escritores de adultos? ¿No creamos a partir de todo lo que hemos leído?
Un cuento colectivo escrito por niños
Llega el momento de escribir algo. Me he quedado casi sin tiempo y no le puedo dedicar a esta actividad todo lo que me gustaría. Demasiada obsesión por darles conocimientos. No lo sé.
Les propongo que en grupos de 6 escribamos un cuento colectivo. La primera frase se la doy yo; ellos solo tienen que seguir la historia. Les mola la idea.
«Había llovido tanto que era imposible salir de la clase. Hasta que a Carol se le ocurrió una magnífica idea…».
Tenían que continuar esta frase. Y se les ocurrió esto:
«…coger todos los paraguas del colegio y construir con ellos un enorme barco».
Magnífico.
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Foto: Iñaki del Olmo
1 comentario
Qué genial!!!!