Hace unos días, de camino al trabajo, iba escuchando un podcast sobre tecnología con mis Airpods y mi Iphone 7. Hablaban en él varios contertulios de lo trascendente que había sido para sus vidas la carga inalámbrica (ya sabéis, la posibilidad de cargar cualquier dispositivo solo con depositarlo sobre una especie de tapete que lo carga sin cables). Hasta a mí, que soy geek, me pareció una exageración del quince.
El caso es que me ha hecho pensar en mi propia dependencia de la tecnología (mitad dependencia, mitad placer, diría yo) y después de listar la ristra de aparatejos de todo pelaje que tengo me he quedado asustado.
Lo cierto es que, como cualquier adicción, lo más importante en primera instancia es reconocer la dependencia. Voy a hacer el ejercicio de enumerar casi todos mis cachivaches (qué bonita palabra es esta) tecnológicos y explicar por qué son trascendentes para mí.
- Iphone 7. No he sucumbido a los nuevos modelos de Apple en telefonía. No por falta de ganas, lo confieso, sino por la barbaridad de precios a los que ha llegado la compañía. Además de para los usos evidentes de un teléfono, se ha convertido en imprescindible para mí por una razón fundamental: Apple Pay. Amigas, amigos, no voy a los cajeros, no llevo calderilla: pago con mi teléfono (y, ahora, con mi reloj).
- Ipad mini 4. Tampoco he actualizado este dispositivo a una versión más moderna. Me funciona fenomenal, es muy manejable y leo un montón de libros electrónicos en él. Leer y ver alguna de mis suscripciones de Youtube son los usos principales del Ipad para mí.
- Airpods 1. Imprescindibles. Cuando los pruebas, ya no quieres dejarlos. Estos auriculares sin cables me acompañan de camino al trabajo, cuando hago deporte…
- Imac de 21 pulgadas. Mi última adquisición. Es mi equipo fijo de trabajo en casa (también en la universidad, aunque es algo más antiguo). Pantalla y rendimiento espectaculares.
- Apple Watch 4. Ahí me veis todas las mañanas comprobando en el reloj la calidad del sueño, mis pulsaciones durante la noche, el tiempo que va a hacer en el día y lo que me queda para cerrar el anillo de actividad. Si os gustan todas estas mandangas (otra gran palabra), hay que reconocer que el Watch está muy logrado.
- Macbook pro 2014. El portátil que me llevo a todos los sitios. Se me ha quedado pequeño de capacidad de almacenamiento y la batería ya no está a pleno rendimiento, pero mientras no acierte una lotería o alguien me lo compre tiene que aguantar. Lo llevo a mis clases, a mis cursos y a cualquier sitio.
- Garmin Forerunner 235. Imprescindible para correr. No hay nada (de momento) que supere a un Garmin. Ni siquiera el Apple Watch, con todo dolor de mi corazón.
Estos son mis ataduras tecnológicas principales. Ya os anuncio que estoy con ganas de probar “nuevas sustancias” (por seguir con el paralelismo de la adicción). Tengo ahí una espinita con la domótica que… Pero creo que eso es carne de cañón de otra entrada en el blog.
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