Os presento a Daniel. Es el niño que veis arriba en el vídeo. Daniel tiene 6 7 años y hace aproximadamente tres cuatro no decía una sola palabra. Los médicos les dijeron a sus padres que Daniel tenía algún grado de autismo y que, dependiendo de su evolución, era posible que nunca hablase. No, no, no, tranquilos, no voy a contar una historia lacrimógena sobre Daniel. No, no, no.
Yo estoy aquí para hablar de un libro (como diría aquel): Personajes secundarios. Mirad qué portada más chula:
Personajes secundarios es un libro de microrrelatos escrito por mi buen amigo, Manu Espada. Manu Espada es periodista, escritor y guionista de televisión. Ah, y también es el padre de Daniel, el niño que os he presentado. No hay que ser muy rápido para hacer la siguiente asociación de ideas: “Vaya, qué paradoja que un tipo que se gana la vida con las palabras tenga un hijo que, probablemente, nunca diga ninguna”. Precisamente, entre otras muchas cosas, eso es lo que pensó Manu cuando escuchó el diagnóstico médico. Un momento, un momento, un momento, que despejo la incógnita: Daniel, que en este mes de mayo cumple seis años, sí habla. Pero si nos retrotraemos 3 años en el tiempo, su padre no estaba seguro de que eso fuera a ocurrir. Así que puso en marcha su magia y escribió un micro maravilloso que tituló “El niño que se comía las palabras”. Un tiempo después, ese micro se grabó en vídeo, en ese cortometraje de apenas tres minutos que os he puesto al comienzo de esta entrada, y que sirve de presentación del libro del que os hablo. Si yo fuera tú, le daría al play antes de seguir leyendo.
Ya sabéis que los microrrelatos son esas historias cortitas que cuando uno las lee las deja en la boca unos segundos para paladearlas. Pueden ser de unas líneas, de una página… pero, en todo caso, son historias completas que siguen la lógica de cualquier narración, solo que lo hacen en un espacio reducido. Entenderéis que la dificultad es máxima: condensar una historia en un espacio tan pequeño es algo muy complejo, que exige imaginación y pericia. Manu Espada es, por encima de todo, un excelente microcuentista. Ha publicado también relatos más largos (Fuera de temario es un libro muy recomendable, mucho) pero creo, sin ánimo de exagerar ni de dejarme llevar por la pasión de amigo, que es uno de los referentes españoles actuales en este género.
En Personajes secundarios encontramos a Manu Espada en estado puro. Como escritor tiene tres virtudes que refleja en sus textos: sensibilidad sin llegar ni siquiera a rozar lo ñoño (no me digáis que “El niño que se comía las palabras” no es una delicia), fina ironía y, lo más difícil, una brutal capacidad para hacer verosímiles historias fantásticas. Os recomiendo que leáis dos veces los micros “La edad de los árboles”, “La cárcel de papel” o uno de mis favoritos, “D-Laqui”.
En este libro aparecen como estrellas principales de las historias algunos personajes míticos del cine o la literatura (Watson, Dulcinea o Dorothy Young, la ayudante de Houdini) que, por fin, reciben la atención que merecieron y que nunca obtuvieron. Todos ellos, al igual que Daniel, se han arrancado la etiqueta de secundarios, y ahora protagonizan unas vidas que, sin duda, merece la pena que compartamos con ellos.
4 comentarios
¡Magnífica reseña!
¡Gracias!
No entiendo cómo no se ha nombrado “¡Oh, la puta belleza!”. Ese es para releerlo seis veces…
Genial entrada, ¡muy de acuerdo!
Totalmente de acuerdo. ¡Gracias por pasar!