Desde hace mucho tiempo, mucho antes de que empezase a escribir, subrayo palabras en los libros que leo. El criterio para señalar unas u otras no es siempre el mismo: a veces marco un término que no conozco; en otras ocasiones, aunque sé qué significa esa palabra, me gusta su sonoridad, su ritmo.
Cuando empecé a escribir (ya sabéis, “de vez en cuando escribo para no odiar”) sistematicé un poco el proceso, y guardo en un archivo (en una simple hoja de cálculo que he llamado Banco de palabras) vocablos nuevos que voy encontrando en mis lecturas. Normalmente, añado una definición, la frase de contexto en la que he encontrado ese término y un enlace a una imagen de Internet. Por ejemplo, la palabra almácigo hace referencia a un tipo de arbusto muy abundante en España. Pues además de copiarme la definición, enlazo esa palabra a una imagen que me muestre cómo es ese arbusto. Mirad una captura de mi banco de palabras (clic para ampliar):
Ya sabéis que me encantan las listas de cosas (mirad esta o esta), así que hoy os propongo un juego, esta vez con una lista corta de cinco palabras que me gustan. Yo he elegido mis cinco, y os animo a que me dejéis un comentario con cuáles son vuestras cinco palabras favoritas.
Mis cinco palabras
Inefable: «Siempre me ha parecido que tiene importancia saber qué es lo peor que podría sucederte y cómo puedes evitarlo, para que no te atraiga la magia de lo inenarrable, porque, ya de pequeña, percibía los terrores inefables que rodeaban nuestra casa, y que persiguieron a mi madre hasta que se ocultó en un rincón oscuro y secreto de su propia mente» (El club de la buena estrella. Amy Tan).
Lúnula: «Mientras sonaba el teléfono, con el pincelito del esmalte se repasó una uña del dedo meñique, acentuando el borde de la lúnula» (Un día perfecto para el pez plátano. J.D. Salinger).
Torunda: «Una cajera limpió la comisura de los labios ensangrentada de su jefe y le aplicó una torunda de algodón empapada en alcohol» (Acuda a su caja. Hoy no puedo. Juan F. Plaza).
Torvo: «Había creído que se sentiría feliz, excitado… o tal vez silencioso y torvo, pero ni una ni otra cosa resultaba cierta». (Extraños en un tren. Patricia Highsmith).
Zonzo: «–No seas zonzo, ahijado. ¿Acaso crees que si ella no quisiera estar contigo te habría aceptado ver El exorcista? ¡Qué horror, eso es amor!» (Libro de mal amor. Fernando Iwasaki).
¿Cuáles son las tuyas? ¿Me dejas un comentario?
2 comentarios
Dos palabras que me gustan y tres que voy a buscar ahora.
¿Cuáles son las palabras que te gustan? 🙂