Soy muy, pero muy fan de hacer listas. Os propongo un juego: hagamos una lista con todas esas cosas que guardamos pero que, sin duda alguna, deberíamos tirar. Ahí va la mía. Espero vuestros comentarios con las vuestras.
- Una camisa hawaiana de finales de los 80. No sé por qué la guardo. Me la compré, muy orgulloso, para llevarle la contraria a mis padres. hace muuuchos años que, por supuesto, no me la he vuelto a poner.
- Los tickets de compra. Guardo todos los recibos de compra. Todos. Luego no sé qué hacer con ellos, claro.
- Las cintas de casette y el reproductor de cd. Sí, soy de la EGB. Soy de los que rebobinaba las cintas con un boli. Soy de los que tenía grabadas varias con mezclas (con buenas mezclas). Recuerdo una en la que tenía a Pretenders, Aha, Sting… Buena música. El reproductor de CD portátil fue un avance tecnológico. Yo iba con él por la calle como si fuera un walkman (ay, el walkman ya lo tiré) y la música daba saltitos cada vez que yo tropezaba.
- Las cartas. Esto es peligroso. esas cartas guardan muchos secretos. No puedo tirarlas, aunque debería. Entre ellas hay también postales. Qué tiempos.
- Botones extra. Esto nunca lo he entendido. ¿Sabéis ese botón extra que viene cosido en la etiqueta de una camisa? Yo los guardo “por si acaso”.
- Cables. ¿Os acordáis del euroconector? Cientos de cables de euroconector tengo guardados.
- Proyectos abandonados. Esta es una categoría amplia y sin un límite preciso: relatos inacabados, dibujos (no míos, yo soy un pésimo dibujante)… hasta la letra de una canción que compuse a medias (y de la que me avergüenzo) con mi amigo Manu Espada.
- Los cristales de las gafas. No fui miope hasta los 18. Lo descubrí en un partido de baloncesto, cuando me di cuenta de que no distinguía los números de los puntos del partido que formaban las lucecitas rojas del marcador electrónico. Todavía guardo los cristales que me cambiaron cuando aumentó mi graduación. ¿Es malo, doctor?
- Fotos embarazosas. Las de adolescencia y acné juvenil. Cuando tenía tupé (sí, tuve tupé). ¿Por qué no las tiro? La gente elimina cualquier rastro de un pasado vergonzoso.
- Revistas viejas. De ordenadores. Suplementos de periódico de cuando estudié Periodismo. De cocina (me gusta cocinar). Estoy a un paso del síndrome de Diógenes.
¿Y tú? ¿De qué 10 cosas deberías deshacerte?
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15 comentarios
1. Envoltorio de chicle Boomer de Vainilla del año 1998.
2. Las chapas de las latas de refrescos (Cuando se hacían promos especiales por temporadas algunas eran de colores y eran las mejores).
3. Las divertidas tarjetas de publicidad y servicios que dejan los videntes (generalmente africanos) en los buzones.
4. El uniforme del colegio (Obviamente no me vale, bueno si, aunque sería ir demasiado “reshulona” y no es nada serio).
5. Mi teléfonos móviles antiguos. El primero un Ericsson de tapita, muy business woman del año 2000, a posteriori Nokia 3310, que en un ataque nuclear morirían antes las cucarachas que el.
6. Algunas camisetas de viajes, en las que ahora mismo sólo me entra la cabeza, pero que me recuerdan a buenos momentos o tienen una ilustración bonita.
7. Cartas de las horas de entre clases que intercambiaba con mis amigas Reyes y Carlota.
8. Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx y un libro de Etxebarría, ¡¡¡¿En qué momento?!!!.
9. Revistas de “Mi Casa” del año 98. No sé el motivo pero me atraía mucho la decoración de aquella…tanto como para alternarla con la compra de la Super Pop y Leo Dicaprio en portada. La verdad es que algunas las guardo porque hay cosas que nunca pasan de moda y tenía artículos interesantes sobre espacios y reformas.
10. Cartas. A día de hoy me sigo enviando postales y cartas con mis amigos; Las guardo todas.
Lo del chicle Boomer me tiene fascinado… Y lo de los videntes africanos, aterrado. 😉
Gracias por pasarte
Aunque soy una romanticona y me resultaría mas fácil enumerar las 10 (qué digo 10… ¡100!) cosas que conservo desde una muy temprana edad y de las que jamás me desprendería (exámenes, apuntes, cartas – ¡cientos de cartas! – diarios, libros de texto, dedicatorias, álbumes y álbumes de fotos, etc.), me lanzo yo también a hacer una lista de cosas inútiles, de las que me tendría que deshacer ya mismo:
1. Las entradas a todos los monumentos que he visitado en el extranjero desde que salí por primera vez de España a la edad de 13 años.
2. Los recortes de artistas de poca monta de la revista Super Pop.
3. Las invitaciones de todas las bodas a las que he asistido (¡y estampitas de comunión!).
4. Todas las revistas de IKEA de los últimos años, que digo yo que no voy a estar toda la vida redecorando y poniendo orden en casa…
5. Las declaraciones de la renta y demás documentacion fiscal de toda mi vida laboral.
6. Cajas y cajas de cintas de VHS, muchas de ellas con grabaciones de vídeos musicales de los 80 (creo que ya va siendo evidente que yo también fui a EGB).
7. recortes del Hola y del Huelva Información (sí, vaya mezcla, ya…), que mis padres me enviaban todas las semanas a EE.UU., cuando me fui a estudiar COU en el curso 92-93. “Para que estés informada de todo lo que ocurre aquí”, me decían. Claro, Internet ni se intuía por entonces. Y así me enteré de la boda de Rocío Jurado con Ortega Cano, de la muerte del padre del Rey Juan Carlos I o de la construcción del puente sobre la ría del Odiel en Huelva.
8. Fotos carnet de gente del colegio que ni recuerdo.
9. Cables de teléfono.
10. Enchufes e interruptores.
Mayte, cuando quieras hablamos de la Super Pop. Ahí lo dejo 😉
Lo de las declaraciones de la renta, las invitaciones de boda y las estampitas de comunión merece capítulo aparte.
¡Gracias por comentar!
Yo debería deshacerme de la millonada de posavasos que “coleccioné” durante mi Erasmus y que usé para decorar el armario (hombre, era decoración gratis!). Me daba mucha pena tirar esos trozos de cartón cuando mandé a la basura cientos de kg de cosas que no entraban en la maleta, y ¡se vinieron conmigo a España! Ahora siguen en un cajón de mi habitación, la cual no piso más que 20 días al año…
Me pareció una muy buena idea por eso me animé a aportar mis tontadas. La camisa hawaiana ha vuelto, yo que tu la sacaba de nuevo…
Del post de Mayte me encanta esa especie de proto-internet y la buena intención de sus padres.
¡Un saludo Juan!
Apoyo la idea de Maeve, que vuelva la camisa hawaiana!!
Yo, como ta se ha dicho por aquí, casi termino antes si te doy la lista de las 10 cosas que me quedo…pero ahí va:
1. Las cajas de zapatillas Reebok clásicas repletas de cintas.
2.Los ticket de compra de todo lo que consideraba interesante (a pasar de la desaparición de la tinta con los años, yo la conservo…porsi)
3. Recortes de Superpop y Ragazza con tendencias imposibles y maromos que lo petaban en su dia.
4. La camiseta de “Sensación de vivir” con su Brandon, Brenda y todo.
5. Camisetas de las distintas fiestas de las más prestigiosas facultades salmantinas…
6. Esas ridículas cartas de mis ex….
7. La goma de saltar, la tengo desde el cole y esta pasadisíma!
8. El peluche de mi habitación que no me gustó desde el primer minuto y lleva 18 años sobre la cama.
9. Yo también soy de las que creía que los posavasos eran decoración
10. LAS CINTAS DE CAMELA!!! (Pero pq lo tengo en CD, no porque me arrepienta. ..)
Y podría hacer una lista con “tropecientas cosas más. ..
¿En serio? ¿Camela? 🙂
Allá va mi lista… al final me he animado 😉
1) Entradas de lo que sean: conciertos, cine, teatro, monumentos… (aunque desde que se comprar por internet y te los imprimes en casa han perdido) y los diferentes programas de mano, folletos, etc que te dan cuando vas.
2) Billetes de tren, de avión (cuánto hace que no cojo un vuelo… oh!), de bus ya usados (pasa lo mismo que con las entradas)
3) Revistas (fútbol, baloncesto, cine, música…) en su mayoría numeros sueltos… Las primeras de mi época adolescente y las cine y música, de todos los tiempos.
4) Tickets de compra, aunque a veces hago “limpia” y tiro unos cientos de ellos
5) BOTONES de repuesto: tengo unos cuantos en un vaso de cristal a modo decoración… porque está claro que la mayoría de las prendas a los que iban destinados han pasado a mejor (otra) vida.
6) Calendarios de bolsillo: tengo unos cientos de ellos, da igual el año y la imagen que tenga (bonitos, feos, horrorosos). Esa tradición ha pasado a la historia con los móviles y el Google Calendar.
7) Cintas de casette: originales, grabadas, recopilaciones caseras, todo vale… por supuesto, guardadas en cajas de zapatos. Y seguramente cuando las ponga en la pletina suenan a lata.
8) Cuadernos y libretas con miles de anotaciones que seguramente ya no valgan para nada… o sí (suelo hacer listas infinitas de libros que quiero leer, por ejemplo)
9) Cartas de la edad del pavo, que decir…! es mejor no releerlas 😀 Ahora sigo enviando y recibiendo algunas, pero supongo que no me darán tanta vergüenza (ajena y propia) dentro de 10 años.
y 10) Recortes de prensa amontonados en carpetas o cajas…
Lo de los botones tiene alguna explicación, seguro. Tenemos que hacérnoslo mirar…
Me declare fan de tus fotos embarazosas. Ahí va mi lista!
1.- Mi ropa de Osasuna. Llevo guardándola desde 1996 y ya he llenado cuatro maletas con camisetas, sudaderas, bufandas… con el escudo rojillo. En mi defensa diré que dentro de unos años, 30 más o menos,fundaré un museo de Osasuna.
2.- Esas notas que inocentemente nos pasábamos entre clase y que relatan historias que cayeron al olvido.
3.- Los regalos de tus ex, que con cierto cariño todavía me resisto a lanzar al vacío.
4.- Los puros de las bodas. Tengo más de 10 puros sin abrir y siguen reproduciéndose.
5.- Mis playmobil. Los mismos que tan pronto disputaban un partido de fútbol en las baldosas de mi casa, como montaban una emboscada por entre las sábanas de mi cama a unos pobres ladrones de ganado.
6.- Los auriculares. Muchas eran las veces que me regalaban unos en mi trayecto Corella-Salamanca-Corella y siempre los guardaba “por si acaso”. Ese “por si acaso” ha terminado convirtiéndose en una caja de zapatos llenos de auriculares.
7.- Los apuntes de la universidad. Los tengo en un disco duro y siempre soñaba en que cuando acabaran los exámenes haría una buena hoguera con ellos. Hoy en día ocupan la mitad de una estantería.
8.- Mi cinturón. Llevo 11 años con él. He intentado cambiarlo por otros, pero al final, o bien han ido rompiéndose los demás o no me han convencido los nuevos. Está feo. Está viejo. (Mi madre dice que está sucio). Pero me niego a desprenderme de esa herramienta.
9.- Las tarjetas de presentación. Existe internet, donde con un click puedes encontrar casi toda la información que desees. Pero aún así, ahí se van amontonando una encima de otra.
10.- Al igual que en el texto… las fotos. De todos los estilos. De todas las épocas. Algunas casi idénticas. Pero son parte de mi historia.
Espero que la ropa de Osasuna esté lavada… 😉
Me ha encantado este post!! tanto, que yo también me he animado hacer mi lista de diez cosas que debería tirar.
1.- Ese carísimo pantalón de pinzas gris de AMICHI que sobrevive a cada cambio de armario y que no sé porqué me cuesta tanto meterlo en la basura!! Bueno, sí lo sé… cuando lo descubro cada temporada, recuerdo el evento para el que me lo compré y me pongo un poco ñoña.
2. Yo también soy de EGB: Cds, cintas de cassette y vinilos… Y voy más allá… aún tengo el reproductor DE TODOS!!! Quizás un día, cuando un friki de las antigüedades me ofrezca varios euros me atreva a deshacerme de todo..
3. Los guiones de Carrusel Deportivo que escribía con dieciséis años cuando me venía arriba y me creía la sustituta perfecta de Jose Ramón de la Morena. Siempre entrevistaba a Álvaro Benito
4. La agenda del último año de instituto. Guarda tantos recuerdos, tantas risas y tantos buenos momentos que pienso en tirarla y sé que me arrepentiría toda la vida!
5. Cartas, postales, entradas de museos, de conciertos… todos esos cachitos de vida que todos guardamos!! Y yo los guardo en la caja de mis primeras nike con cámara de aire (creo que también fueron las últimas).
6. Varios libros que tengo escritos y que sé, a ciencia cierta, que nunca me atreveré a publicar
7.El guión de la primera obra de teatro que hice en el instituto (también fue la última, sí)
8.El anuario de la liga que venía con el MARCA allá por el año 96. También tengo algún Marca de esa época, que compraba de camino al colegio a las 9 de la mañana.
9. El diario de los carnavales del 99. Lo tengo bien guardado… si alguien lo leyera, haría que me encerraran.
10. Mi muñeco de toda la vida, mi Baby Feber. Se llama Mario y lleva conmigo 28 años. Es de la familia… no puedo deshacerme de él!! 🙂
¡Foto de Baby Feber ya!